Mala con semillas de rudraksha y figura de Buda fabricado en la India. Los malas o rosarios se utilizan para contar las palabras devocionales o recitaciones en la meditación con mantras. Esta consiste en repetir palabras para generar vibraciones. Se coloca el Mala Rudraksha en una mano y se toma una cuenta. Cada vez que se recita se hace rotar el mala y se pasa a la siguiente cuenta.
Cualquier persona puede llevar cuentas de rudraksha, sin importar sus creencias o religión. Se cree que favorecen la paz interior y ayudan a eliminar las consecuencias del karma negativo. Llevar un Mala Rudraksha ayuda a avanzar en el camino espiritual y es una manera eficaz de mantenerse en el presente y apaciguar la mente durante la meditación, consiguiendo paz y silencio.

Origen y tradición del Mala Rudraksha:
Los malas se originaron en la India. Del budismo e hinduismo se extendieron al Islam y de ahí al cristianismo en tiempos de las Cruzadas. En todas las tradiciones, los malas tienen una energía mágica protectora. Mala en sánscrito significa ‘guirnalda de rosas’.
El rosario completo suele tener 108 cuentas, símbolo de las 108 pasiones humanas. También puede tener 27 cuentas o cualquier otro número normalmente múltiplo de 3. El número 108 es una cifra mística muy presente en algunas tradiciones religiosas, especialmente en el budismo.
Las semillas de rudraksha ( “ojos de Shiva”) vienen del árbol sagrado del mismo nombre que solo crece en el Himalaya. Son conocidas por aportar paz mental y promover el conocimiento. También protegen de las energías negativas y favorecen la práctica espiritual. La cabeza de Buda que aparece en este mala nos recuerda nuestra naturaleza divina y nos conecta con nuestra sabiduría interior.
Durante miles de años, budistas e hinduistas han utilizado la planta sagrada de rudraksha para meditar, controlar el estrés, curar y favorecer cambios positivos en sus vidas.
Hecho en la India